x. Las vistas...& tu. {PRIV.}

El viento soplaba tal vez más fuerte de lo necesario. Le golpeaba con fuerza las fracciones del rostro y jugaba un furioso pulso contra sus cabellos, los cuales, claramente perdiendo la batalla se dejaban zarandear por el armonioso movimiento.

Necesitaba sentirse liberado, aunque fuera por un momento. Su vida los últimos días se había basado únicamente en los estudios; Nada interesante. Nada estrafalario. Nada interesante que poder contar u explicar. Resopló con sorna.

Aquello no estaba siendo cómo había deseado o imaginado. La mirada de los profesores estaba atenta y vigilante a cada uno de ellos, obligándoles a portarse bien, seguir con las normas y ser un aburrido peón más en esa escuela dónde nadie era lo que realmente parecía.

Se aproximó al embayado que cerraba el paso entre el suelo del terrado y el precipicio y con cuidado enredó los dedos en la forma triangular de los alambres, contemplando por primera vez lo que delante de ése edificio deparaba; La playa. Próxima y latente. Furiosa y brava, hoy rompía con fuerza en la orilla, dejando que el viento arrastrarse el salado aunque apetecible aroma de las aguas.

- Bienvenido a la cárcel. – Habló para si en un murmuro apagado.

Alumno - semilla liviana Mensajes : 52 Fecha de inscripción : 27/10/2008

Había subido a aquel lugar, pero no sabía exactamente a qué. Tal vez quería ver el exterior un poco, sólo unos instanes. Abrió la puerta que le llevaba a la azotea y allí vio a un chico de cabello rosáceo. Por suerte estaba de espaldas y aún no le había visto. Se acercó hasta él y observó lo que estaba mirando, escuchando su comentario por casualidad.

-Esto... no es una... cárcel... no estamos... aquí... de manera obligada -era evidente su timidez, pues las palabras no salían de forma fluída de sus labios. Una sonrisa tímida adornaba su rostro, mientras se recargaba en la reja, agarrándola con sus manitas.

Hacía poco que había llegado, no podía decir que conociera el lugar muy bien, pero tenía la suerte de que tenía buen sentido de la orientación.

Su reacción primera fue la de mirar hacia ése costado dónde ahora había otro estudiante. Su voz había sonado entrecortada, poco fluida y para nada parecía ser uno de los tantos que allí se creían superiores. Su apariéncia era más bien frágil.

Una rápida aun que no por ello, efímera sonrisa surgió de sus labios y sus dedos se enredaron con menor afán a las rejas que les separaban del vacío hasta que una de estas dejó totalmente la tarea de ser presa de esos hilamentos de hierro y la tendió con calma hacia el albino.

- Uno de los presidiarios, Shuichi. - Rió quedamente. Nadie ni nada le arrebataría la idea; Una cárcel. Allí dormían, allí se educaban, allí comían... Bien era cierto que no estaban obligados, si más no, en cierta manera todos los que allí habitaban se veían expuestos a quedarse, independientemente si deseaban o no estarlo.

Alumno - semilla liviana Mensajes : 52 Fecha de inscripción : 27/10/2008

Sonrió ante la presentación, parecía que no iba a cambiar de idea y él no era quien para obligarle a ello. Suspiró suavemente y tomó la mano que se le ofrecía. Le alegraba conocer a alguien allí, así no estaría tan solo -Encantado, soy Ryusei, un compañero de penas -rió divertido ante sus propias palabras, sonrojándose ligeramente.

Siguió observando el exterior, sino fuera por las rejas las vistas serían espectáculares, pero si estaban ahí sería por algo. Se giró y quedó de espaldas a la reja, apoyándose en ella y mirando al cielo distraído. Miraba de reojo al otro chico, sin saber de que podía hablarle que pudiera ser de su interés.

-Shuichi... ¿te gusta la música? -había preguntado lo primero que cruzó por su mente en ese momento, no sabía muy bien porqué había sido precisamente eso, pero al menos comenzaría a concer un poco al otro chico.

Rió junto al albino ante las palabras que éste pronunció. Compañero de penas y presidiario; Pareja de ficción. Soltó su mano con suavidad y volvió a enredar sus dedos entorno a esas formas que les ofrecían los hilos metálicos allí expuestos.

Prosiguió en esa posición mientras el otro se movía y de vez en cuando clavaba sus pupilas en las acciones del otro, estudiándole con cautela. Aunque poco le duro esa calma... Lo había pronunciado. Esa palabra cuyo significado para él no abarcaría ni todas las hojas de un diccionario.

Se separó del embayado y giró mecánicamente hacía ése cuerpo de apariencia frágil mientras su semblante destellaba por puro júbilo. - ¡Me encanta! – Movió exageradamente los brazos a los laterales de su cuerpo mientras repetía esa frase una y otra vez hasta que decidió dar otro matiz a la misma. Entonces, se apuntó tal vez con aire egocentrico con el pulgar derecho. - Soy Shindou Shuichi, cantante! -

Sabía que su "fama" aún no se había dispersado. No contaba ni con cadenas, ni empresas.. Tan siquiera de un CD, pero el hecho de trabajar en un pequeño estudio ya era un paso... Que no pensaba desaprovechar.

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