Atardecer..

El movimiento de su lengua para adentrarse en sus labios le hizo estremecerse bruscamente; ¿Estaba disfrutando realmente tanto?. Nuevamente, ése nombre hizo acto de presencia en sus labios y el fuego que pareció aminorar, volvió. Pegó su boca contra la de su comapeñero con afán de posesión y su lengua trazó formas irregulares sobre la otra, escapando de su agarre, pero rozándose extensamente. Las caricias le hicieron que se pegase un poco y sólo un poco más a él, incapaz de esapar a esa especie de hipnotismo. Sus dedos terminaron por presionar su rostro con fuerza y así, le obligó a permanecer bien arrimado a sus humedos labios.

Sintió la presión de sus dedos sobre el rostro y como el beso se intensificaba casi obligandole a responder. Su lengua jugueteaba con la del otro de forma juguetona dentro de sus bocas. Sus manos se aferraron repentinamente a su cadera con fuerza, lo atrajo hacia sí incorporandose con la intensión de empujarlo contra el piso. Pero antes de hacer nada se separó unos milimetros de sus labios logrando recuperar algo de aire. -Acabas de convertirte en mi presa pequeño conejito...- Susurró casi en un gemido terminando lo que había dejado pendiente, le empujó contra el piso colocándose sobre el y volvió a buscar sus labios apresandolos con los propios mientras colaba su diestra debajo de la camiseta del pelirrosado acariciando sus pezones de forma suave..

Escuchó como el otro caía en cuenta de que no era quien él esperaba, pero era demasiado tarde, no iba a detenerse. Sintió los débiles golpes en su pecho solamente incrementando el deseo que le habían brindado los besos del conejo. Rápidamente deslizó su camiseta hacia arriba inmovilizando sus manos sobre su cabeza, atorándola de tal manera que no le fuera tan fácil zafarse. -Vamos, solo disfrutalo...- Su mirada cambió por completo, estaba aprovechandose de la vulnerabilidad del herbívoro, pero su instinto le cegaba con cada reclamo del otro. Le miró de forma perversa acariciando su entrepierna sobre el pantalón de forma obcena mientras se relamia los labios y le sonreía lujuriosamente clavando en el sus felinas orbes. Sacando sus garras comenzó a rasgar el pantalón desde el borde dibujando un camino sobre su pierna.

Ignorando las suplicas del otro, desgarró la prenda sin piedad. Sus ojos destellaban de forma diferente, como si estuviese fuera de sí, cada vez más excitado por los leves movimientos del pelirrosa. Hábil y rápidamente se deshizo también de la prenda interior dejando su delgado cuerpo completamente a la interperie. Se inclinó sobre este, su propio cuerpo posicionado entre las piernas del otro. Atrapó sus labios de una forma casi salvaje robandole el aliento mientras comenzaba a estimularle con su diestra, deslizandose esta entre sus piernas.

Se separó apenas para observarlo con una media sonrisa perversa en el rostro, sus ojos parecían no tener fondo. Estaba extrañamente poseído por el placer que las súplicas del conejo le estaban ocasionando. Le miró de forma inexpresiva mientras acariciaba sus inquietos muslos con las yemas de los dedos, su cuerpo entero se removía de un lado para otro. Lentamente deslizó su propia prenda inferior hacia abajo dejandole ver las consecuencias de sus actos. -Deberías estarte quieto ya, si se viene la mejor parte...- Su voz resonaba gravemente en la ya oscura azotea, acompañada de una apenas audible risa un tanto macabra.

Se sacó la camisa que llevaba sobre la camiseta y rápidamente inmovilizó las piernas del herbívoro amarrandolas por las rodillas. Las dejó caer a un lado mientras se colocaba un condón que habia sacado del bolsillo del pantalon. Después volvió a tomarle de los tobillos elevando sus piernas, mostrandose a si mismo ese lujurioso escenario. Sin más se introdujo con fuerza profundamente dentro de el sin moverse. Apoyó ambas piernas del pelirrosa en su hombro mirandole la cara mientras comenzaba a tocar su miembro, aun sin moverse.

Comenzó a estimular su miembro, con la yema del pulgar acariciaba la punta de este de manera lenta y tortuosa. Pronto comenzó a moverse dentro a oídos sordos ante sus pedidos. Cada movimiento dentro del estrecho cuerpo del conejo era de más placentero. La forma en como su cuerpo se tensaba y se estrechaba más le hizo perder el control. Lo penetraba con movimientos lentos mientras con la izkierda sostenía sus piernas atadas sobre su hombro y con la diestra acariciaba su miembro con habilidad.
-Y... ahora te gusta?-
Mostraba la misma sonrisa inexpresiva y se mordía los labios deleitandose con cada embestida que hacía que el otro temblara entre sus brazos.

Poco a poco las embestidas se intensificaron, tomaba velocidad tanto en el movimiento de su cadera como en su mano, haciendo una leve presión en ciertas partes de la extensión de su miembro erecto. Volvía a alentar las penetraciones alternándose rápidas y lentas chocando con las paredes dentro del herbívoro de manera placentera. Tampoco esperó respuesta, su cuerpo le decía todo.
-Vamos, solo disfrutalo...-
Dijo de manera entrecortada entre jadeos.

Al escuchar el nombre de la otra persona que obviamente se paseaba por la mente del perlirrosa, sonrió complacido. Aprensó el miembro del conejo con su mano acariciandolo fervientemente de arriba hacia abajo, masturbándole de manera experta. Lo penetraba de igual manera haciendolo ahora aún más placentero al estar aceptando sus caricias y embestidas.
-mmhh~
Se mordía los labios levemente acallando el goce que le invadía ante ese delicioso cuerpo.

-AArrghh...
Cierra los ojos al sentir la presión en su miembro al contraerse el cuerpo del otro, escucha con deleite el sonoro grito al sentirlo eyacular sobre su mano y su propio torso. Intensifica así los movimientos de su cadera a punto de correrse un momento después que el otro. Se sostiene de sus piernas terminando dentro unas embestidas más luego que él y saliendo de su cuerpo al momento de hacerlo. Se dejó caer sentado sobre el piso deshaciendose del condón lleno con su semilla.
-De nada te servía resistirte
Se acomodó el pantalón y se puso de pie inclinandose sobre el otro sosteniendole las manos atadas sobre su cabeza.
-Supongo que está de más advertirte que no debes comentar nada de esto con nadie
Haciendo énfasis en la ultima palabra. Siguió por desatarle manos y piernas.

Le desató las manos y las piernas recuperando su camisa y se la colocó rápidamente viendo como la luna brillaba en lo más alto del cielo iluminando aquel escenario. La miró un tanto nervioso y tomó su mochila y la guitarra colgándoselas en cada uno de sus hombros.
-Ne.. Shuichi, te veré en clases...
Le guiñó un ojo sonriendo como si nada hubiese pasado y entro en el edificio prácticamente huyendo, de la noche tal vez. Rápidamente se adentró en el recinto.

Cuando se vio liberado procedió a moverse hasta quedar sentado. La ropa la tenía degarrada y poco más que el bóxer podría aprovechar para ir hacia su habitación. Le observó aún con los ojos llorosos, con incluso cierto odio... Se apartó de él cuando volvió a aproximarse, esta vez, medio cubriéndose con los ante brazos cómo si hubiese esperado un golpe.

Pero nada sucedió.

Volvió a mirar hacia la puerta, pero esa figura y habia desaparecido. Se abrazó a su destrzada ropa mientras temblababa y dejaba que su cara impactase contra las destroazadas telas. - Gomen...-


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