- Nieve - . . .

Nombre: Nieve

Edad: 17

Altura: 1,60 Cm.

Clan: Ave

Especie: Halcón blanco

Rango: Alumno

Gustos: El aire libre y todo lo que respecte de él. Cuanto más viento haya mejor pues es la forma en que su cuerpo experimenta la más bella caricia.
El tacto es muy importante para él, pues al estar ciego necesita reconocer las cosas y personas mediante sus dedos.
La buena comida, si es carne mucho mejor aun. Le agradan los dulces, pero procura no comerlos muy seguidamente ya que le provocan extrañas sensaciones.

Habilidades: Ya no es hábil en nada. Se supone que un Halcón tiene la característica innata de una vista excelente, pero dado aquel ‘acontecimiento’ que marcó su vida, Nieve carece de esto por lo que es considerado ‘inútil’ frente su especie.

En sí es bueno con las manos, se ha rebuscado la forma de supervivencia mediante esto, por más que en su forma animal no pueda elevarse pues podría chocar con cualquier cosa.

Debilidad: El ser ciego es más que una debilidad, le cuesta un poco ir por lugares abiertos, además de tropezar y caer de vez en cuando. Por otro lado es muy sensible a cualquier tipo de contacto, por lo mismo procura ser él quien toque, y sólo para ‘ver’.
También su boca se considera un punto débil.

Personalidad: Nieve es un ser tranquilo, de sentimientos nobles muy a pesar de haber sido rechazado por los de su especie –familia-.
Reservado, no suele hablar mucho, por no decir casi nada. Conversar no es algo que le agrade, prefiere andar solo sin dar lástima a nadie. Es ciego, nada más… Aunque haya veces en las que le cueste avanzar y valerse por sí mismo.
Dentro de todo es amable, atento, siempre con un ‘tacto’ suave y una sonrisa cálida con los demás.

Biografía: Fue querido hasta los primeros años de vida, allí donde su madre notó que el pequeño no parecía reaccionar ante el estímulo visual, además de tropezar cada vez que se levantaba o quería tocar algo.
Ciego, había nacido ciego…

Para su especie aquello era símbolo de debilidad, además de ser una cría defectuosa. Por lo mismo fue rechazado y apaleado por su familia dejándole abandonado a su suerte. A penas y lograba manejarse por su cuenta, pero tuvo suerte de ser acogido por una pareja la cual le cuidó y enseñó como a un propio hijo. Gracias a ellos hoy en día sigue adelante, tratando de sobrevivir pese a su ceguera. Al ser ave se supone que debía de estar muerto, pero fue la ayuda y el ánimo de sus padres adoptivos lo que logró sacarle adelante.

Dato anexo:
Su piel es muy sensible.
Por favor, que nadie le dé dulces… estos actúan de una forma extraña en su organismo.
Tiene varias cicatrices en su espalda y en el resto de su cuerpo.
Dicen que tiene un ligero aroma a menta.
Sus ojos son muy claros, casi cristalinos por su ceguera.
Tiene una marca negra bajo su ojo izquierdo, supuestamente una 'marca de nacimiento', pero la verdad es que fue la forma en la que le tacharon como 'defectuoso'.